¡Todo o nada! ¡Blanco o negro! ¡Es verdad o es mentira! ¡Es bueno o es malo! ¡Sirve o no sirve! ¡De derecha o de izquierda! ¡Conservador o progresista! ¡Opositor u oficialista! ¡Liberal o estatista! ¡Machista o feminista! Qué difícil se hace todo en la vida cuando las cosas se plantean exclusivamente de esta manera...
Y se ve muy a menudo. En las posiciones que asumimos en los asuntos de nuestra vida personal, en las relaciones interpersonales, en la dinámica de los grupos, en nuestras presencias educativas, en nuestras comunidades eclesiales, en el país y en el mundo en que vivimos. ¡Es sorprendente! Basta con plantear cualquier propuesta para que surja, casi de inmediato, la opinión contraria y se genere una rápida confrontación de opuestos. Y como fruto maldito, se radicalicen las posiciones, comiencen los diálogos de sordos y todo intento por llegar a un acuerdo y a una convivencia pacífica y respetable se hace casi imposible. Es lo que se ve desde hace tiempo en relación al conflicto por la instalación de la planta de celulosa de Botnia. A las voces desaforadas y anuncios apocalípticos de los piqueteros entrerrianos se han opuesto, desde el principio, estudios serios, investigaciones científicas, informes sobre exigencias medioambientales de las más exigentes del mundo... Las opiniones razonadas se suman pero las posiciones radicales se hacen cada vez más intransigentes, hasta llegar a convertirse en un atentado al sentido común: sólo descansarán cuando la planta ya próxima a funcionar se relocalice. Ante el anuncio de la instalación de una planta de elaboración de productos químicos en la zona de Agraciada, otros autoproclamados "ambientalistas" responden de forma parecida. Se ha hecho la propuesta, se han hecho estudios, se han pedido controles, se dan las aprobaciones técnicas que, por supuesto, aceptan que todo emprendimiento de este tipo tiene un natural impacto sobre la realidad... Pero nada se logra: la respuesta es un no rotundo que parece compadecerse poco con los discursos que se proclaman de crear fuentes de trabajo, aumentar la producción y mejorar las condiciones. A otro nivel, y en aspectos todavía más trascendentes, sucedió algo similar con la celebración del día del "Nunca Más", propuesto por el Presidente de la República para el pasado 19 de junio. Unos exigen un "nunca más" que sea olvido y perdón general, sin más búsqueda de la verdad, ni investigaciones, ni actuaciones de la justicia. Otros exigen un "nunca más" sin olvido, sin perdón, sin reparaciones, imposible de realizarse mientras haya desaparecidos, mientras todos los culpables no estén presos, mientras no se conozca toda la verdad... La verdad, la convivencia, la reconciliación, las relaciones fraternas y solidarias no se consiguen por decreto ni se construyen de un momento para otro. Todo en la vida es un proceso. La vida nace, pero no totalmente plena, y está llamada a desarrollarse... Una relación de amor entre personas, un compromiso de servicio, una opción de vida comienza en un momento pero están llamadas también a ser cada día más plenas. No se dan "de golpe" el día del matrimonio, de la ordenación sacerdotal o de alcanzar una profesión... "Al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica, déjale también el manto; y al que te obligue a caminar una milla, acompáñalo dos" (Mt 5,40-41). Olvidar que los grandes logros de la vida se construyen con las pequeñas cosas de cada día es una tentación contra la que hay que luchar hasta vencer. Autor | p. Horacio G. Penengo - Boletín Salesiano
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Este valor nos enseña a conservar la calma en medio de nuestras ocupaciones y problemas, mostrándonos cordiales y amables con los demás.
¡Hoy en día tenemos tantos problemas y asuntos que resolver! Y a veces parece como si nadie se diera cuenta de todo lo que tenemos que resolver al mismo tiempo: trabajar, estudiar, encargarnos del hogar, ajustar nuestro presupuesto y seguir cumpliendo con nuestras responsabilidades ∴ Parece imposible que en medio de tantas preocupaciones y contratiempos, podamos conservar la serenidad para resolver todo sin caer en la desesperación ni afectar a los demás con nuestra impaciencia. El valor de la serenidad nos hace mantener un estado de ánimo apacible y sosegado aún en las circunstancias más adversas, esto es, sin exaltarse o deprimirse, encontrando soluciones a través de una reflexión detenida y cuidadosa, sin engrandecer o minimizar los problemas. Cuando las dificultades nos aquejan fácilmente podemos caer en la desesperación, sentirnos tristes, irritables, desganados y muchas veces en un callejón sin salida. A simple vista el valor de la serenidad podría dejarse sólo para las personas que tienen pocos problemas, en realidad todos los tenemos, la diferencia radica en la manera de afrontarlos. Con el fin de conocer mejor la importancia de la serenidad, primero debemos hacer conciencia de algunas realidades que nos impiden lograr desarrollar este valor con eficacia:
→ La serenidad hace a la persona más dueña de sus emociones, adquiriendo fortaleza no sólo para dominarse, sino para soportar y afrontar la adversidad sin afectar el trato y las relaciones con sus semejantes. Desconozco su autor Quisiera compartir contigo un principio que te ayudara a alcanzar un máximo nivel de calidad en todo lo que emprendas y de esta manera construirás para ti un futuro poderoso.
Las empresas japonesas utilizan desde hace tiempo esta técnica para alcanzar sus metas empresariales y seguir superándose. Si estas familiarizado con la supremacía empresarial japonesa, tal vez te sorprenda saber que antes de la segunda guerra mundial, muchas de sus empresas estaban mal dirigidas, poseían prácticas de gestión ineficaces y también había una baja moral entre los empleados, pero luego de la guerra, las empresas se encontraban sin recursos y con un país devastado. Para superar estas graves limitaciones, los empresarios, en vez de abogar por cambios radicales e innovadores para producir los resultados esperados, les instaban a los supervisores a buscar los centenares de "pequeñas cosas" que eran necesarias modificar, e ir corrigiéndolas de a poco, no intentaban planear una remodelación completa de la plantilla de trabajadores, ni una renovación total del equipamiento, no había tiempo ni recursos para tareas de tal envergadura, buscaban mejorar en los trabajos que ya existían y conservaban el equipamiento actual. Como seguramente sabes, las compañías japonesas que se reconstruyeron bajo estos principios de mejoras pequeñas y constantes, pronto alcanzaron gran nivel de rendimiento, producción y calidad, transformándose así en un icono de excelencia. La clave está en «El poder de los pequeños esfuerzos...» «Pequeños esfuerzos realizados en forma constante producen grandes resultados» La clave del éxito en la vida es fijarse metas y luego luchar con todas nuestras fuerzas para poder alcanzarlas. Seguramente tienes metas que planeas alcanzar, a corto, mediano y largo plazo, metas a nivel económico, familiar, espiritual, personal, etc. Trazar metas es algo relativamente fácil, la parte más difícil se encuentra en la lucha diaria, cuando nos ponemos en acción y tratamos de concretarlas, es ahí donde muchos bajan sus brazos y se rinden sobrepasados ante los desafíos que tienen por delante. La idea de tener que hacer grandes cambios nos inmoviliza. Nos preguntamos "... ¿cómo hare para alcanzar mis objetivos, son demasiado altos, necesitaré hacer un gran esfuerzo, de donde sacare la energía necesaria para terminar y concretar mis sueños?, al no encontrar una respuesta favorable nos quedamos estancados, la mayor parte del tiempo, en la cómoda rutina. La clave para lograr un gran cambio está en llevar a cabo los pequeños, esto es algo que tiene que ver con la inercia (la tendencia de los cuerpos en reposo o en movimiento a mantener su estado). Si caes en la inactividad y esperas que los cambios se produzcan por si solos, a menos que haya algún tipo de intervención divina, las cosas seguirán de la misma manera, ya que no es posible quebrar la ley de la inercia, pero si haces un pequeño movimiento hacia tu objetivo, el impulso de ese primer paso te activara y pronto estarás haciendo cambios significativos. Miremos por un instante como trabaja también este principio en las cosas negativas de nuestra vida. ...un poco de levadura leuda toda la masa...1º Corintios 5:6 ...un poco de sueño, un poco de dormitar, y cruzar por un poco las manos para reposo, así vendrá tu necesidad como caminante y tu pobreza como hombre armado... Proverbios 6:10-11 En la primera referencia el problema radica en permitir que pequeñas ideas, conceptos o doctrinas erróneas tengan lugar en nuestros pensamientos, lo cual producirá con el paso del tiempo un crecimiento descontrolado de falsas apreciaciones. En el segundo ejemplo habla por sí mismo... Cuando un emprendimiento fracasa… un matrimonio se destruye... pensamos que la causa de dicho fracaso radica en un hecho puntual y especifico, sin embargo, la causa, muchas veces se debe a la suma de pequeños factores, al parecer sin importancia, pero que van empujando lentamente y lanzan a las personas hacia un abismo de fracaso y dolor. No subestimes el poder de las cosas pequeñas, tanto en lo negativo como en lo positivo.... Imagina que quieres ahorrar una cierta suma de dinero, o quieres escribir un libro, o tal vez, componer una canción, empezar una dieta, establecer una relación...este principio te puede ayudar. Pequeñas acciones, realizadas en forma continua, te ayudaran a alcanzar tus sueños. Alguien dijo que: ...
«Los grandes hombres de la historia, comenzaron con pequeños esfuerzos, pero por sobre todo con pequeños actos de amor, si te animas puedes hacer la gran diferencia» Mario Serrano Compartido por: Hector Emilio Ramon Pedernera Reflexiones para el alma de José Luis Prieto Historias de vida, pensamientos para enfrentar problemas, fortalecer el alma y el espíritu, un dulce maná de reflexiones para hacer de la realidad un sueño. |
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El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. Archivo
Febrero 2019
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